
Capítulo 6: ¡No debo perder las cosas del amo!

- ¡Ay! ¿Dónde está? ¿Dónde está? ¡No lo encuentro por ningún sitio!

- ¡Oh!

- ¡Marche ya sabe qué hacer! Veamos... con la D...

(Din-dong)
- ¡Yupi! ¡Ya está aquí!

- ¡Encantado! El Detective de casos muñequiles a su servicio.

- Déjeme ver, usted es el pequeño Marche y requiere mis servicios para encontrar la mascota virtual extraviada.
- ¡Oh! ¡Qué detective tan listo, ha adivinado mi nombre!

- Me lo ha repetido usted como cinco veces por teléfono. Pero sí, igualmente tiene cara de llamarse Marche.

- ¡Pero no demoremos en trivialidades! Comencemos a buscar pistas.

- Hmm... ¿Y esto?
- ¡Ah! Son las fotos favoritas del Buen Amo.

- Hmm... ¿Y esto?
- ¡Ah! Son los manga favoritos del Buen Amo.

- ¡Caramba! ¿Qué tenemos aquí? Una Mari Nakano de la colección Barbie Generation Girls del año 2000. Usted, señorita, estaría muy valorada en Ebay, si me permite el piropo ♥

- ¡Oh! ¡Señor Detective! ¡Mire, mire, ahí abajo! ¡La tapa del tamagotchi!

- ¡Elemental, querido Marche! Se trata sin duda de la carcasa trasera que cubre las baterías de la mascota virtual. ¡Una pista clave en la investigación!
- ¿Carca-qué? Si es la tapa de las pilitas...

- ¡Por mi resina! ¿Qué hace ese marsupial diprotodonto de la familia phascolarctidae reposando su orondo trasero sobre ese lecho?
- ¿Se refiere a Okoti? Vive con nosotros. Creo que ya estaba aquí antes de existir la casa.

- ¡Empiezan a encajar las piezas, querido Marche! Traigame con premura la aguja de tricotar más afilada de que disponga. Tengo una idea...

- Si no me equivoco (y yo nunca me equivoco), estamos a punto de revelar el paradero del objeto perdido. A mi señal empuje con fuerza.
- ¡Qué emocionante, señor Detective!

- ¡Touché!
(Ping)
- ¡¡¡AAAWIIINN!!!

- ¡MASIMINI-MANASÁ!
(Okoti sale corriendo)
- ¡Eureka! He aquí el objeto de nuestros desvelos.

- ¡Qué guachi! ¿Cómo ha sabído que lo tenía Okoti?
- ¡Es elemental! El marsupial robó la mascota virtual y estuvo manipulándolo sobre la cama. En algún momento, el tamagotchi se puso a dormir y le contagió el sueño al koala. Por suerte, sus afiladas garras sacaron por accidente la tapa de las baterías, quedando delatado ante mi implacable intuición.
- Ooh... (¿De dónde se saca esa pipa?)

- Bien, pequeño Marche. Aquí tiene el extracto de mis honorarios. Le haré un precio especial ya que somos BJDs de la misma casa. Cuídese y no dude en llamarme ante cualquier misterio muñequil.
- ¡Hasta lueguito, señor Detective! ¡Ha sido como la película de Basil pero más chuli!.

- ¡Qué alivio! Si el amito llega a enterarse de que se ha perdido, se habría disgustado mucho. Voy a dejárselo bien limpito.

(Puerta abriéndose)
- ¡Marche, ya estoy en ca...!

- ¿Y esto?

- ¿¡Pero qué...!?

- ¡¡Zoquete!! ¿¡Qué has estado tramando en mi ausencia!?
- ¡Amito, mire! ¡Le he dejado el tamagotchi como los chorros del or...!

(¡PAM!)
- ¡Uugh!

- Aaah... Un día más al servicio de la justicia. Qué sería del mundo de resina sin mi asombroso intelecto...
*FIN*
Aquí termina el sexto capítulo de las Desventuras de un BJD Casero. El ahínco por satisfacer a su amo continuará en el siguiente episodio. ¿Podrá Marche lograr tan ansiada meta (y no morir en el intento)?